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Vie, 17 enero, 2025

Maíz transgénico y salud

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Omar Romano Sforza
Omar Romano Sforza
Empresario. MBA en Comercio Internacional y Marketing, Universidad de Miami, (Florida, USA). Periodismo, Facultad de Comunicación, Universidad de Navarra (Pamplona, España).

El maíz transgénico comenzó a producirse y consumirse en la década de 1990. El primer maíz transgénico comercialmente disponible fue el maíz Bt, que fue aprobado en Estados Unidos en 1996. Este maíz fue modificado genéticamente para resistir plagas como el gusano barrenador del maíz. Si consideramos 1996 como el año de inicio, y estamos en 2024, han pasado 28 años desde que se empezó a producir y consumir maíz transgénico a nivel comercial.

Hasta la fecha, la mayoría de los estudios científicos revisados por pares indican que el maíz transgénico, como otros cultivos modificados genéticamente (MG), es seguro para el consumo humano y animal. Los principales organismos científicos y reguladores, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU., la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y otros, han revisado extensamente los estudios sobre alimentos MG y no han encontrado evidencia concluyente de que los cultivos transgénicos aprobados para el mercado representen un riesgo para la salud humana o animal.

Aspectos claves:

  1. Metanálisis y revisión sistemática: Muchos estudios y metanálisis han concluido que no hay diferencias significativas en el perfil de seguridad entre el maíz transgénico y el no transgénico.
  2. Pruebas a largo plazo: Experimentos que han alimentado a animales con maíz transgénico durante largos periodos no han encontrado efectos adversos en la salud de los animales.
  3. Controles rigurosos: Cada nuevo tipo de maíz transgénico pasa por rigurosas evaluaciones de seguridad antes de ser aprobado, lo que incluye estudios de toxicidad, alergenicidad y otros posibles efectos.

Controversias

Existen algunos estudios que han generado controversia, principalmente en Europa, que alegan que los cultivos transgénicos pueden tener efectos negativos. Sin embargo, muchos de estos estudios han sido criticados por sus métodos y han sido refutados por estudios posteriores. La evidencia científica predominante indica que el maíz transgénico es seguro para la salud cuando se utiliza según lo aprobado. Sin embargo, la investigación sigue siendo importante para monitorear cualquier efecto a largo plazo.

Diversos grupos están a favor de prohibirlo, y sus razones varían según sus perspectivas sobre la salud, el medio ambiente, la economía y la soberanía alimentaria. Aquí algunos de los principales actores que apoyan la prohibición y sus argumentos:

  • Organizaciones ambientalistas 

Las organizaciones argumentan que los cultivos transgénicos pueden tener efectos negativos sobre la biodiversidad. Temen que el uso extendido de transgénicos aumente la dependencia de herbicidas y plaguicidas, que pueden dañar a los polinizadores como las abejas y afectar otros organismos no objetivo.

  • Agricultores tradicionales e indígenas

Muchos agricultores tradicionales y comunidades indígenas defienden la prohibición para proteger las variedades locales de maíz. Temen que los transgénicos puedan contaminar sus cultivos a través de la polinización cruzada, poniendo en riesgo su forma de vida y la biodiversidad agrícola.

  • Organizaciones de salud pública

Algunos grupos de salud expresan preocupación sobre la falta de estudios a largo plazo sobre los efectos de los transgénicos en la salud humana. Aunque la mayoría de los científicos y organismos internacionales sostienen que los transgénicos son seguros, estos grupos abogan por el principio de precaución.

  • Consumidores y defensores de la soberanía alimentaria

Existe un movimiento fuerte que aboga por la soberanía alimentaria, que sostiene que los países deben tener el control sobre su alimentación sin depender de corporaciones multinacionales. Argumentan que los transgénicos aumentan la dependencia de semillas patentadas por grandes empresas, lo que podría perjudicar a los pequeños agricultores.

  • Gobiernos y legisladores en algunos países

Algunos gobiernos han prohibido o restringido los cultivos transgénicos debido a preocupaciones sobre la biodiversidad, el medio ambiente o la presión de los grupos antes mencionados. En México, por ejemplo, el gobierno ha adoptado medidas para limitar el uso de maíz transgénico, en parte para proteger el maíz nativo, que es un patrimonio cultural y genético del país.

Los grupos a favor de prohibir el maíz transgénico argumentan que los riesgos potenciales para la salud, el medio ambiente, la biodiversidad y la economía rural son demasiado grandes. Además, defienden la protección de las variedades nativas y la soberanía alimentaria frente a las grandes corporaciones.

La opinión de J.M. Mulet:

J.M. Mulet, un reconocido bioquímico y divulgador científico español, ha abordado extensamente el tema de los transgénicos, incluyendo el maíz transgénico, en su obra y declaraciones públicas. Mulet es un defensor firme de los organismos genéticamente modificados (OGM) y argumenta que no existe evidencia científica que demuestre que los transgénicos sean dañinos para la salud humana o animal.

  1. Seguridad científica: Mulet sostiene que los transgénicos son los alimentos más estudiados y regulados en la historia de la alimentación, y que no hay evidencia de que sean peligrosos. Según él, los estudios científicos bien realizados no han encontrado diferencias significativas en cuanto a salud y seguridad entre los cultivos transgénicos y los no transgénicos.
  2. Beneficios agrícolas y ambientales: Mulet destaca que los transgénicos pueden ofrecer ventajas significativas, como una mayor resistencia a plagas y una reducción en el uso de pesticidas, lo cual es beneficioso tanto para el medio ambiente como para los agricultores.
  3. Rechazo a la desinformación: Mulet es crítico con la desinformación que circula sobre los transgénicos. Señala que muchas de las afirmaciones negativas sobre los transgénicos provienen de estudios con fallos metodológicos o de fuentes ideológicamente motivadas, más que de evidencia científica sólida.
  4. Regulación y control: Él enfatiza que los transgénicos pasan por un proceso de regulación extremadamente riguroso antes de ser aprobados para su cultivo y consumo, lo que garantiza su seguridad.

J.M. Mulet defiende la seguridad del maíz transgénico y otros OGM basándose en la evidencia científica disponible, y critica las posturas anti transgénicas que, según él, no se sustentan en ciencia sólida.

Bibliografía

  1. M. Mulet.Transgénicos sin miedo. Ediciones Destino, 2017. En este libro, Mulet aborda los mitos y realidades de los transgénicos, incluyendo el maíz, y discute la falta de evidencia científica sobre los supuestos riesgos para la salud.
  2. National Academy of Sciences, Engineering, and Medicine
    Genetically Engineered Crops: Experiences and Prospects. The National Academies Press, 2016. Este informe exhaustivo examina los impactos de los cultivos genéticamente modificados, incluyendo el maíz, en la salud humana y animal, así como en el medio ambiente.
  3. Bawa, A. S., y Anil Kumar.
    «Genetically Modified Foods: Safety, Risks and Public Concerns—A Review.» Journal of Food Science and Technology, vol. 50, no. 6, 2013, pp. 1035-1046.Este artículo revisa la seguridad de los alimentos transgénicos, incluyendo el maíz, y analiza la literatura científica sobre sus posibles efectos en la salud.
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