martes, abril 22, 2025

Buche pendulante y tamaño de partícula en el alimento: cómo se relacionan

No se recomiendan tamaños de partícula bajos, menores a 900 µm, en el alimento para evitar problemas digestivos y de descarte de pollos por buche pendulante

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Benjamín Ruiz
Benjamín Ruiz
Benjamín es un especialista en nutrición, alimentos balanceados, producción animal y avicultura con más de 20 años de experiencia en la industria. Posee una licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la Universidad Iberoamericana en México, DF, y una maestría en Nutrición y Producción Animal de Cornell University (Ithaca, NY, EE.UU.). Diplonado en Traducción Inglés-Español de la Universidad Iberoamericana y un diplomado en Terminología de El Colegio de México.

Sin olvidar que los pollos tienen su propio órgano de molienda, es de primordial importancia cuidar y aumentar la granulometría de los ingredientes en el alimento para evitar impactos en el rendimiento y problemas, como el buche pendulante.

El Dr. Wilmer Pacheco, especialista en Extensión y profesor del Departamento de Ciencias Avícolas de la Universidad de Auburn dio una conferencia en la Cumbre Avícola Latinoamericana –en el marco de la IPPE– sobre “Manejo del tamaño de partícula en alimentos concentrados”.

Reducir el tamaño de partícula tiene como objetivo disminuir la segregación después del mezclado de los ingredientes en dietas que se administran en harina y en el caso de alimentos peletizados, para aumentar la superficie de contacto para que haya una mayor penetración del calor y humedad durante el acondicionamiento. Además, se aumenta la cantidad de material expuesto al sistema digestivo del ave.

Normalmente, cuando se dan alimentos en harina, se usan molinos de rodillo, porque dan una granulometría más gruesa, pero cuando se dan pélets, es más común usar molinos de martillo que dan un tamaño de partícula más pequeño.

El pélet tiene una macroestructura (relacionada con la dureza, porcentaje de finos o diámetro) y microestructura, otorgada por la composición de partículas del pélet. En pollos es muy importante la microestructura para estimular el peristaltismo reverso y el desarrollo de la molleja. Hay que recordar que el primer lugar donde llega el alimento cuando el ave come es el buche.

La macroestructura del pélet se cuida para el trayecto del pico al buche, para estimular el consumo, pero una vez que entra al buche, lo que va a definir su aprovechamiento es la microestructura.

Nos hemos enfocado en la granulometría óptima del ingrediente, pero esta cambia al mezclar los ingredientes y peletizarlos, pues en la peletización también hay molienda.

El Dr. Pacheco fue muy claro en explicar la importancia del tamaño de partícula en la alimentación de las aves y de cuantificar el grado de molienda durante el proceso de peletizado. A medida que las aves crecen es fundamental aumentar la granulometría para evitar impactos en el rendimiento.

El Dr. Wilmer Pacheco, de la Universidad de Auburn dio una conferencia sobre “Manejo del tamaño de partícula en alimentos concentrados”. Foto de Benjamín Ruiz.

Uno de los efectos que pueden darse es el conocido como buche pendulante. Básicamente lo que se observa en campo es la hipertrofia o dilatación del buche, justo cuando el pollo ya está listo para mandarlo a la planta de sacrificio.

“Cuando se empiezan a ver estos problemas en granja, toca entonces descartar esas aves”, dice el Dr. Pacheco, lo que impacta fuertemente el rendimiento y rentabilidad de la empresa.

Lo que sucede es que el buche tarda en vaciarse y se agranda, debido a que algunos de los contenidos no logran pasar a través del esófago y seguir la ruta normal de la digestión. De acuerdo con la experiencia del Dr. Pacheco, ha encontrado que impactan dos problemas básicamente:

  • que la molienda del maíz es muy fina y
  • que se muele la harina de soya para mejorar calidad de pélets

“Algo que pasa con el buche pendulante es que cuando el pélet entra al buche, si está muy duro, va a tardar más tiempo en hidratarse y deshacerse”. Esto se debe a la molienda demasiado fina. Al pasar esto, el animal va a compensar la situación consumiendo más agua o secretando más para deshacer el alimento. “Esto hace que el buche se agrande y, tarde o temprano, cuando el pollo ya está listo para el sacrificio, ya ha sufrido hipertrofia y entonces hay que descartarlo.

La hipertrofia en notoria en las aves que padecen de buche pendulante. Foto cortesía del Dr. Wilmer Pacheco.

El agrandamiento o hipertrofia de buche se nota físicamente en las aves, pues este órgano se llena de líquido.

Desde el punto de vista veterinario, el buche pendulante se puede atribuir a un problema viral. Sin embargo, de acuerdo con la experiencia del Dr. Pacheco, este tipo de buche se soluciona solo cambiando la granulometría de maíz y dejando de moler la soya. “Hay una relación bien interesante ahí entre lo que es la granulometría del alimento que uno está usando y problemas de descarte en la planta de proceso”.

La necesidad de descartar pollos con buche pendulante es que si se le sale el contenido, va a contaminar a los demás. “En la planta, todos los pollos van a pasar a través del chiller o del escaldador, por lo que esos residuos van a crear problemas de contaminación cruzada”, señala.

Este problema no se da en alguna parte del mundo en particular, como digamos la ascitis, que es de grandes altitudes y bajas temperatura. Básicamente se da cuando se reduce demasiado la granulometría de los ingredientes para mejorar la calidad de pélet. El pélet no contiene nada que lo estimule. “Normalmente uno se enfoca más en molleja y proventrículo, que es donde surgen los primeros problemas, pero si uno muele más, se empiezan a ver problemas secundarios, como buche pendulante”.

 

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