Paraguay era, hasta el pasado viernes 19 de mayo, el único país suramericano en que no se habían reportado este año episodios de influenza aviar de alta patogenicidad, provocados por la presencia en su territorio del virus H5N1 en cualquier tipo de ave.
Tan buena racha se rompió esa fecha con la confirmación que hiciera el gubernamental Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) de sus dos primeros casos en pequeñas explotaciones avícolas de traspatio, ubicadas en la región de Mariscal Estigarribia (departamento de Boquerón, en el Chaco occidental).
La gremial avícola paraguaya Avipar (Asociación de Avicultores del Paraguay), a través de su presidente Néstor Zarza, se pronunció al respecto aclarando que dicho hallazgo sanitario “no tiene incidencia en la producción industrial del sector ni implica riesgo para el consumo nacional de huevos y carne de pollo”.
Agregó que ambos casos corresponden a explotaciones dedicadas al autoconsumo, con lo cual se descarta la expansión de la enfermedad a otros sectores, a partir de estos pequeños brotes; mucho menos hacia las zonas de máxima producción avícola en el centro y oriente del país.
Zarza aprovechó para pedir mayores controles al contrabando de pollo que históricamente llega a este mercado desde Argentina y Brasil, que a su juicio sí supone un riesgo sanitario mayor. “Esperemos que con esto se dé un empujón a las autoridades para mejorar la entrada de los productos avícolas de los vecinos países, porque hay que tener en cuenta que Brasil también ya está con esta situación en sus aves migratorias”.
El reciente hallazgo de las autoridades sanitarias guaraníes coincidió, en la misma semana, con los primeros casos registrados que se dieron a conocer oficialmente en aves silvestres migratorias en el vecino Brasil, el principal exportador mundial de carne de pollo.