Una vez que Brasil reconoció la aparición de la influenza aviar en su territorio el pasado 15 de mayo de 2023, se sabía que la situación cambiaría. Parecía evidente que surgirían impedimentos por parte de algunos de los países importadores.
No obstante, hay un situación que muchas veces se pasa por alto: el hecho de que los brotes esporádicos en Brasil han aparecido en aves de la fauna silvestre y algunos traspatios, pero ninguno en operaciones avícolas comerciales. La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) es muy clara en este punto: mientras no se vea afectada la producción comercial, el país no pierde su estatus para poder seguir exportando. En este caso, no olvidemos que estamos hablando del mayor exportador avícola del mundo.
Contrasta el caso de Japón
A pesar de esta situación, Japón ha decidido suspender importaciones de pollo del estado brasileño de Santa Catarina, a pesar de que el foco de influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) fue en un ave de traspatio.
La Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA), además de la Asociación Catarinense de Avicultura (ACAV) y el Sindicato de la Industria de Carnes y Derivados del Estado de Santa Catarina (Sindicarne – SC) lamentaron tal decisión, pues como ya se mencionó, esta situación no altera el estatus de Brasil como libre de influenza aviar, según las recomendaciones de la OMSA.
Por otro lado, de acuerdo con la información de la ABPA, en la actualidad los embarques mensuales de carne de pollo de plantas catarinenses a Japón representan menos del 3% del total exportado por Brasil. A pesar de ser un bajo porcentaje, las tres mencionadas organizaciones esperan que parte del impacto de la suspensión sea absorbida por otras unidades de procesamiento también habilitadas para exportar, localizadas en otros estados. De esta forma, disminuiría el efecto negativo, tanto para las exportaciones como para y el consumidor japonés.
Todo pareciera indicar que Japón no confía en los sistemas de bioseguridad que tiene en funciones la industria avícola brasileña, ni tampoco reconoce el trabajo de monitoreo de la influenza aviar de Brasil encabezado por el Ministerio de Agricultura e Industria Pecuaria de Brasil y las entidades catarinenses, junto con las Secretarías de otros estados brasileños, a lo que la ABPA hace constante mención.
El caso del Reino Unido que sí confía
Por otro lado, tenemos que el Reino Unido restableció el modelo de aprobación de plantas exportadoras de carne de pollo de Brasil, un modelo denominado de pre-listing. Este modelo refuerza la confianza de este país en el sistema brasileño y facilita los trámites burocráticos.
Mediante este sistema, las empresas que quieran enviar carne de pollo al mercado de Reino Unido deben estar aprobadas por el Ministerio de Agricultura e Industria Pecuaria brasileño, y ya no necesariamente por misiones de habilitación individual de establecimientos realizadas por las autoridades de dicho país europeo. A partir de ahora, las misiones británicas se concentrarán en revalidar el sistema brasileño de inspección.
Ricardo Santin, presidente de la ABPA, manifiesta que “además de desburocratizar la autorización de las exportaciones brasileñas a este destino de alto valor agregado para la avicultura brasileña, el sistema de pre-listing es una demostración de alta confianza de las autoridades de Reino Unido en el sistema de inspección brasileño”.
La ABPA informa que entre embarques intra y extracuotas (con aranceles más altos), Brasil exportó al Reino Unido cerca de 53.300 toneladas de carne de pollo entre enero y junio de este año, lo cual ha generado ingresos por US$166,3 millones.
“Desde el punto de vista mercadológico, el regreso al sistema de pre-listing permitirá que más empresas brasileñas tengan acceso a dicho mercado, uno de los mayores mercados consumidores del mundo, lo que garantiza mayor disponibilidad y más opciones de comercialización a los exportadores brasileños” puntualiza el director de mercados de la ABPA, Luis Rua.
Otro importante avance que se anunció fue la aceptación del Reino Unido del modelo de regionalización para eventuales eventos de influenza aviar en la producción comercial de Brasil.
Finalmente, después de negociaciones, se actualizó el sistema de cuotas de importación del pollo brasileño, lo que hizo que las nuevas cuotas se expandieran a 96.500 toneladas anuales (16.600 toneladas anuales más).