El sector avícola venezolano abastece el 100% de la demanda interna. Incluso, hoy en día no hay necesidad de importar. La industria avícola “sigue aportando a Venezuela como lo hemos venido haciendo”, dijo Francisco Tagliapietra, presidente de la Federación Nacional de Avicultores (Fenavi) al destacar la presencia de la vicepresidenta del país, Delcy Rodríguez en la inauguración del Congreso Nacional de Avicultura. Resaltó cómo “los empresario avícolas, a pesar de todos los problemas, siguen con el compromiso tanto con los proveedores, como con la sociedad en general” al brindar la proteína animal más consumida en el país.
Pasaron 16 años para volver a realizar un evento como el de la semana pasada, pero eso no significa que la avicultura no estuviera presente en la vida diaria de los venezolanos. Este período de 16 años fue complicado por la situación del país, pues bajó la producción, se afectó la comercialización y los gremios trabajaron con un bajo perfil. Pero ya retomaron las actividades.
“Desde un punto de vista de mercadeo, en esos años no era necesario promocionar los productos avícolas”, comenta Tagliapietra, además de que “quizás la visión gremial no había evolucionado, como evoluciona ahora”, algo ciertamente claro. Hoy está el incentivo de retomar todo esto, sobre todo para el fomento de las exportaciones.
En la actualidad Venezuela es el octavo productor de pollo de Latinoamérica y también el octavo de huevo.
La avicultura desde 2008
Siempre ha habido buenas expectativas en la avicultura. El dirigente de Fenavi explicó que de 2008 a 2024 creció la avicultura, pues tenía que abastecer una mayor cantidad, en función de la demanda por el poder adquisitivo de la población. De 2008 al 2013 el poder adquisitivo acompañaba a la producción que se satisfacía. Pero 2013 fue cuando se llegó a la cúspide de la producción con 1,2 millones de toneladas de pollo al año y 1,4 millones de cajas al mes de huevo al mes.
Después de 2013 vino el golpe por la baja petrolera y las políticas macroeconómicas. Cayó el poder adquisitivo de la población y en 2017 toca niveles mínimos la producción avícola en el país, pues se produjeron 250.000 toneladas de pollo en el año y 600.000 cajas de huevo al mes, una disminución del 79% y 57%, respectivamente.
En 2017 el consumo per cápita aparente era de 45 kg de pollo y 185 huevos. Eso disminuyó drásticamente a 7,8 kg y 68 unidades por los factores económicos y de política macroeconómica mencionados. Unas disminuciones impresionantes y en comparación con el resto de Latinoamérica se clasifica al final.
Pero vale la pena que recordemos algo: en el pasado el estado era el que adquiría las materias primas y las subsidiaba al productor nacional. “Ese fue uno de los hechos que ocasionó la caída tan grande de la producción y del consumo, que llevó a tomar decisiones” destaca el presidente de Fenavi. Dentro de esas decisiones importantes estuvieron el apostar por Venezuela con recursos propios, pues el estado ya no podía proveer materias primas.
La avicultura hoy
Hoy en día, se han estabilizado los precios y ya no representan una carga tan fuerte como en aquellos años. Hay nuevos emprendimientos además de las empresas tradicionales que siguen produciendo. Y muy importante: los supermercados están bien abastecidos.
Fenavi representa alrededor del 99% de los productores nacionales lo que prácticamente representa el 100% de la producción, incluidos los nuevos actores. En porcentajes, hay un incremento interanual del 7 al 8% “pues se invierte, se apuesta por el país” indica Tagliapietra. Comienza el crecimiento y también a mejorar el poder adquisitivo de la población.
Las mejoras tecnológicas y genéticas han también impactado positivamente a la industria venezolana. Esto junto con el consumo, dinamiza la economía. Pero, como en todos los países, hay zonas menos dinámicas que otras en cuanto a consumo. Por ejemplo, Caracas, es la zona de mayor poder adquisitivo y consumo, pero “el pollo y el huevo se distribuye a diario en todo el país. Hay factores que no dependen de nosotros” señala el presidente de Fenavi.
Aunque algunos duden de la asequibilidad de la proteína avícola, Tagliapietra dio el ejemplo del costo de un cartón de huevos con 30 unidades. Si está en alrededor de 5 dólares, cada huevo sale en 17 centavos de dólar. Para un desayuno perfecto, sigue siendo una proteína accesible, y más si se considera que las 30 unidades brindan un desayuno de 30 días de una persona.
Ante la pregunta de cuál es la proyección de Fenavi para los próximos cinco años para cubrir el mercado nacional, que todavía tienen un espacio enorme en cuanto a consumo, Tagliapietra fue muy claro y no quiso hacer proyecciones pues “pueden pasar muchas cosas en cinco años”, incluso “el consumo, las preferencias o la genética puede avanzar”. Sin embargo, “sí puedo hablar de lo qué va a pasar de aquí a diciembre: el sector avícola va a crecer por lo menos un 8%. Y a futuro tenemos que planificar eso”. Y en ese punto “sí podemos hablar de esos cinco años: de exportar, de continuar abasteciendo plenamente la mesa del venezolano con productos avícolas”.
El presidente de la Asociación Latinoamericana de Avicultura (ALA), Joaquín Fernández, destacó que está gratamente sorprendido por el crecimiento del sector en Venezuela. «Me llevo una extraordinaria impresión de los productores venezolanos y de su potencialidad de exportación. Han logrado mantenerse libres de la influenza aviar, cosa que no ha logrado el resto del continente«.
Congreso Nacional de Avicultura
Joaquín Fernandez destacó que la impresión que se lleva del congreso “sobrepasó las expectativas” y que fue “una muestra del trabajo de la gente”.
El congreso permitió al sector exponer sus bondades y fortalezas. Se dictaron 47 conferencias magistrales, centradas en la cadena productiva avícola venezolana, para orientarla hacia la competitividad, con la participación de expertos nacionales e internacionales especialistas en sanidad e inocuidad, procesamiento, abastecimiento, comercialización y tendencias.
También, por primera vez en Venezuela se realizó un simulacro de influenza aviar con protocolos de la Organización Mundial de Sanidad Animal (ONSA) y del Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (Insai).