La situación de la contaminación de micotoxinas en los alimentos para aves en Latinoamérica no es trivial. Robin Jarquin, director para América Latina de Amlan, nos habla en entrevista en el OVUM en Punta del Este, Uruguay, sobre el año desafiante en cuestión de granos por las multitoxinas al que nos enfrentamos. El tema es principalmente en el maíz, y de ahí en el maíz importado de EE. UU. Se trata de “temas de cambio climático, de cosechas de maíz en húmedo el año pasado, que han ocasionado que este sea un año particularmente desafiante con micotoxinas emergentes y con micotoxinas tradicionales que ya conocemos”, señala Jarquin.
Algo identificado con mucha claridad es la sinergia que hay cuando en el grano se encuentran más de una toxina. “Aunque una toxina como aflatoxina, ocratoxina o zearalenona se encuentre en niveles bajos, en combinación con otras toxinas causa un daño grave en la integridad intestinal y el desempeño en las aves”, añade.
En Latinoamérica, este problema golpea especialmente a México, Centroamérica, Colombia o Perú porque se usa grano importado y recibe grano de baja calidad o grano quebrado, que tiene una mayor exposición a hongos y micotoxinas. En el caso de otros países de Suramérica, Brasil o Argentina, que tiene su propia producción de grano, los niveles son menores, aunque si se llegan a identificar.
Jarquin se refiere particularmente a la DON, que es una toxina que afecta mucho. Y comenta: “la realidad es que esta micotoxina por sí sola no afecta, pero cuando ya se combina con una zearalenona o con otra toxina, es cuando vemos daños importante en aves y cerdos, principalmente”. De controlarse las otras micotoxinas, no se debería tener problemas con DON.
El manejo del grano se ha tornado más crítico. Al verse expuesto como el caso de los países importadores, la calidad de grano se ve afectada. “También hemos tenido soya contaminada últimamente, que por lo regular no la vemos y que ahora causa un impacto fuerte en el desempeño” expresa el directivo de Amlan.
El productor puede atacar este problema de múltiples formas y en varios puntos. “Hay quienes son muy proactivos, que hasta piden análisis del grano en el barco antes que salga del puerto”. Pero además está el tránsito, por las demoras marítimas que existen hoy en día, en el que se incrementa el nivel de toxinas por cuestiones de humedad en el mar, por ejemplo, que potencia el impacto.
Por otro lado, al momento de descargar, hay productores que utilizan fúngicos o productos que se aplican al grano antes de que entren al silo de almacenaje, que aunque es algo de ayuda, tiene un efecto limitado.
Robin Jarquin menciona que también se intenta de utilizar alternativas, como la de Amlan, al moler los granos. Se utilizan atrapantes –como el Calibrin-Z– de amplio espectro, que es una de las de las opciones principales que hay. “Una vez que está listo el alimento terminado, se analiza y se ve el desempeño en campo. Se nota una gran diferencia, incluso en EE. UU., un mercado que tradicionalmente no usa atrapantes o secuestrantes de micotoxinas”.

Calibrin Z presenta un modo de acción bastante rápido. Normalmente, se incluye en la premezcla o se añade en la mezcladora. Va a depender del volumen que se procese. Una dosis de un kilogramo por tonelada por lo regular protege ampliamente contra toxinas, biotoxinas y micotoxinas. En el caso de granos, de aflatoxinas a zearalenona, tiene una gran efectividad in vivo y actúa muy rápido, al contacto con el grano o al momento que el ave lo ingiere. “Ayuda a prevenir hasta las aftas que causan ciertas toxinas”.
Calibrin Z es un secuestrante o atrapante de micotoxinas y de biotoxinas. Es muy importante esta diferenciación, pues “hay toxinas bacterianas que pueden ser hasta mil veces más dañinas que una toxina fúngica”. Esta es una gran diferenciación porque, por ejemplo, cuando se dan tratamientos antibióticos o cuando existe una ruptura de la pared celular de las bacterias como E. coli o Salmonella, hay liberación de endotoxinas y exotoxinas que puede dar muchos problemas diarreicos en campo.
“Calibrin Z tiene la capacidad de secuestrar, aglutinar estas toxinas para que se excreten sin causar daño en el lumen intestinal y en el torrente sanguíneo”, termina.