A raíz de los brotes de influenza aviar de alta patogenicidad en instalaciones avícolas comerciales de los Estados Unidos y Chile, como medida preventiva, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) ordenó en marzo de este año el cierre de las importaciones de carne de pollo desde esos países, decisión que a la fecha se mantiene.
Seis meses después de tal declaratoria, la Dirección del Programa Económico de la Federación Nacional de Avicultores (Fenavi) publicó un informe sobre el impacto de esta medida en el volumen de las compras externas de este alimento, del cual Colombia es autosuficiente, con una producción anual superior a 1.82 millones de toneladas.
De acuerdo con el documento, solamente en trozos de pollo, a Colombia dejaron de arribar más de 22 mil toneladas, según comparativo con las importaciones en igual periodo del año pasado (que fueron en total por este rubro, 30.318 toneladas). Hasta antes de que se ordenara la veda, lograron ingresar solamente 7.812 toneladas.
Los trozos de pollo congelado representan cerca del 40% de todas las importaciones colombianas de esta proteína, que apenas sumaron en 2022 unas 77 mil toneladas (4.2% de la producción nacional). De estas compras en el exterior, 85% son de origen estadounidense y el resto, chileno.
Sin embargo, el rubro importado más significativo fue la pasta de pollo estadounidense (con el 43% del total en 2022, unas 33.215 toneladas). Este producto consiste principalmente en carne de pollo deshuesada y macerada mecánicamente, utilizada para la fabricación de embutidos de pollo, así como aditivo a embutidos cárnicos de cerdo y res.