Ryan LeGrand, presidente y CEO del Consejo Norteamericano de Granos (USGC) asistió al XX Congreso Nacional Avícola de Fenavi en Medellín, Colombia, en donde Cátedra Avícola Latam tuvo la oportunidad de dialogar sobre el impacto de la prohibición del maíz transgénico en México en la industria de alimentos balanceados.
Ryan LeGrand dijo que durante el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA) los productores de granos han acompañado al sector con embarques, han crecido juntos con una buena alianza. “Somos socios en esto”, añadió.
“Si en 2024 se elimina la posibilidad de exportar maíz genéticamente modificado a México, va a ser un desastre para la industria pecuaria”. El problema es de dónde México va a obtener las 16 o 17 millones de toneladas que importa para alimentar aves, cerdos y ganado.
El otro problema es que tanto Brasil como Argentina también producen el mismo maíz. “El problema es que no hay abasto de semillas no modificadas genéticamente” y que Ucrania tampoco es una opción.
No hay opciones. La producción de maíz en México no se ha incrementado y en cuanto a otros granos, como el sorgo, no hay tampoco suficiente. Estados Unidos produce un total de 15 millones de toneladas de sorgo, de las cuales China importa 7 millones. De esta forma, México entraría en una guerra de precios que aunque la ganara, al final de cuentas no va a ser suficiente grano. Cabe señalar que el sorgo no es genéticamente modificado, aunque se habla ya de hacer algunas modificaciones de características.
El maíz genéticamente modificado es inocuo y sano. “Llevamos décadas usándolo”, señala el CEO del USGC, sin problemas. Hay que ver las cosas con una base científica.
Si México deja de importar ese maíz, habría muchas afectaciones en el precio a nivel mundial, pero al final los animales de México no comerían y se tendría que importar producto terminado.