En un mundo cada vez más preocupado por la sostenibilidad ambiental y la seguridad alimentaria, la agricultura se encuentra en una encrucijada crucial. En esta búsqueda de prácticas más amigables con el medio ambiente y eficientes, la región de Almería, en España, ofrece lecciones valiosas. En una reciente entrevista en el programa radial Cátedra Avícola & Agropecuaria, Jan van der Blom, Coordinador de las actividades del Departamento de Técnicas de Producción de COEXPHAL, nos ofreció una visión privilegiada de las innovaciones y desafíos en la industria agrícola.

Almería es conocida por su extenso uso de invernaderos, con aproximadamente 33,000 hectáreas dedicadas a esta técnica. Van der Blom destacó que, en promedio, cada hectárea produce entre 80,000 y 100,000 kilos de productos agrícolas al año, un testimonio del éxito y la eficiencia de este modelo de producción.
Uno de los aspectos más destacados de la conversación fue el manejo responsable del plástico en los invernaderos. Aunque el plástico utilizado para cubrir los invernaderos puede ser impactante a primera vista, Almería ha implementado prácticas avanzadas de reciclaje y gestión. Van der Blom explicó cómo el plástico se recicla al 100%, convirtiéndose en materia prima para una variedad de productos plásticos. Esta iniciativa no solo reduce los residuos, sino que también genera beneficios económicos para los agricultores, ya que el plástico usado se convierte en un recurso valioso.
Otro punto clave discutido fue el uso de métodos biológicos para el control de plagas. En lugar de depender exclusivamente de pesticidas, los agricultores en Almería emplean abejorros y otros insectos beneficiosos para controlar las plagas de forma natural. Van der Blom enfatizó cómo este enfoque ha demostrado ser más efectivo a largo plazo, evitando la resistencia de las plagas a los productos químicos y promoviendo un crecimiento más saludable de las plantas.
Al mirar hacia el futuro, Van der Blom enfatizó la importancia de seguir innovando y adaptando las prácticas agrícolas a las condiciones locales. Destacó la necesidad de optimizar el uso de recursos, como el agua y los fertilizantes, y adoptar tecnologías digitales para mejorar la eficiencia y la productividad. Al mismo tiempo, reconoció la importancia de preservar la diversidad de cultivos y encontrar el equilibrio adecuado entre la tecnología y las prácticas tradicionales.