El ministro de Agricultura y Ganadería de Ecuador, Bernardo Manzano, confirmó que los avicultores comerciales de ese país suramericano podrán recurrir próximamente a la vacunación de sus parvadas contra la influenza aviar, como una herramienta más dentro del combate contra esta enfermedad.
“Se realizó un subcomité avícola en el que se acordó el uso de la vacuna en el país. También se acordó conformar una mesa técnica que evaluará los protocolos y el marco normativo para la introducción de las vacunas”, enfatizó el alto funcionario recordando que una de sus principales preocupaciones es conseguir tener bajo control la enfermedad y así evitar el desabastecimiento.
Añadió además que el negocio avícola ecuatoriano cuenta con una parvada global de 264 millones de pollos para carne, 14 millones de ponedoras y dos millones de reproductoras, aproximadamente. “Estamos trabajando con expertos en Colombia para analizar el tema de seguros avícolas y así brindar apoyo a los productores. Adicional a esto se abrió una línea de crédito de hasta un millón de dólares para que los avícolas se puedan reactivar. Para ello deben estar registrados en el Ministerio y tener buenas prácticas de producción, para poder acceder al préstamo”.
Ecuador y México son los dos países de la América hispana que han visto su actividad avícola agroindustrial afectada por casos de influenza aviar de alta patogenicidad (H5N1) en el último año, junto con Canadá y Estados Unidos, países norteamericanos con brotes recurrentes desde el año 2014.
La Organización Panamericana de Salud (OPS) confirmó la semana pasada que son diez los países de las Américas con episodios reciente de este mal, agregando a esa lista a Honduras, Panamá, Colombia, Venezuela, Perú y Chile, aunque en estos últimos territorios, hasta ahora, los casos corresponden a aves silvestres o en pequeñas explotaciones artesanales en traspatios.
El pasado 9 de enero. Ecuador detectó un caso de zoonosis por influenza aviar en una niña, el segundo en todo el continente desde abril de 2022, cuando se presentó otro afectado en Estados Unidos. “En general, los casos en humanos son puntuales y, cuando han ocurrido, no se han diseminado fácilmente de persona a persona. Sin embargo, el riesgo de establecer una transmisión sostenida entre personas existe, y finalmente podría desencadenar en un brote o hasta en una pandemia. Las personas en riesgo son aquellas expuestas a aves infectadas (domésticas, silvestres o en cautiverio), como los tenedores de aves y el personal involucrado en el control de los brotes”, puntualizó la OPS.