Cátedra Avícola Latam entrevistó recientemente a Patricio Kurte, gerente general de ChileHuevos para conversar sobre la situación de esta proteína animal en el país austral.
Para empezar, ChileHuevos, la Asociación de Productores de Huevos de Chile –la original Asohuevo, creada en 1978–, cuenta con 31 empresas asociadas que representan el 65% de la producción nacional. La producción en Chile está atomizada. Si se considera la producción industrial a partir de 1 000 aves, se supone que hay 230 productores. Esta misma atomización se refleja en que casi todos tienen un solo plantel (solo hay dos o tres productores que tienen más de uno).
Con 16 millones de gallinas, Chile espera producir este año 4 300 millones de huevos, un 6,7% menos que en 2022. El país tiene 19,5 millones de habitantes, por lo que el consumo de huevo se sitúa en 220 unidades/persona, “lejos del récord de la pandemia de 247 unidades”, nos comenta Pablo Kurte.
La producción de huevo en Chile va desde el norte hasta el centro-sur en la región del Biobío. Se da con relación a la densidad de población: por ejemplo, el 35% de la producción está en la región Metropolitana. Luego vienen la región de Valparaíso y Biobío con el 15% cada una, aproximadamente.
La baja en producción y consumo se debe a varios factores, como la crisis del alto costo de materias primas (casi todas se importan, amén de la subida del tipo de cambio). El aumento del consumo durante la pandemia creo la tormenta perfecta para que luego desaparecieran productores, en especial los más nuevos, a causa de la baja del precio del huevo. La producción bajó un 5%. El otro factor fue la influenza aviar, que afectó en un 4%, para tener casi un 10% de disminución en total.
Con respecto al tema de la influenza aviar, Chile, al igual que otros países, ya retomó las exportaciones avícolas. De esta forma, la situación es más cercana a lo normal. Pero todo depende del color del cristal con que se mire. “La visión es distinta con la producción de pollo, porque nuestro interés es el de contar con vacunas”, comenta Kurte, pero ni los productores de pollo ni la autoridad tiene interés en ello, porque implicaría el cierre de las exportaciones.
La fundación de Asohuevo viene ligada a la promoción del consumo de este producto. Ya en 1979 se hizo la primera campaña y dicha función se ha mantenido hasta ahora, excepto en los últimos dos años. Toda promoción se hace a través de la asociación y no de productores en particular.
A diferencia de otros países, con un consumo preponderante en el desayuno, la preferencia del chileno de consumir huevo es más en el almuerzo, lo cual presenta el inconveniente de que compite con otros alimentos. También destaca su consumo en “la once”, equivalente a la merienda o cena.
Otra área de acción del sector es la de generar y promover buenas prácticas agropecuarias. “Hemos implementado dos acuerdos de producción limpia y la primera guía de bienestar animal para gallinas, que han usado también otros países” comenta el gerente general de ChileHuevos.
Las perspectivas “o aspiraciones” para 2024, señala Kurte, es “retomar los niveles de producción que tuvieron hace un par de años”. Esto es en parte por el aspecto económico, pero también por el de seguridad alimentaria, pues ha habido preocupaciones por el alto precio del huevo al consumidor que ha habido. Preocupa además que baje el consumo ante el influjo de otros alimentos, como los sintéticos, que se posicionan erróneamente como más saludables o que no impactan al medio ambiente. También están las campañas que promueven el veganismo y otras.