Por María Camila Alfaro-Wisaquillo, Poultry Technical Advisor – Trouw Nutrition SCA
Introducción
Actualmente, la industria avícola está comprometida a minimizar el impacto ambiental de sus operaciones. Por ello, muchos objetivos corporativos se centran en la sostenibilidad. Uno de los principales indicadores ambientales es la huella de carbono, que mide la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) generados directa o indirectamente por una actividad específica. La huella de carbono puede originarse en cualquier etapa del proceso de producción, por lo que es crucial medirla y desarrollar estrategias orientadas a reducirla y alcanzar sistemas de producción sostenibles.
Adicionalmente, en la avicultura, la presión para disminuir el impacto ambiental se centra no solo en la producción de gases de efecto invernadero sino también en la excreción del nitrógeno, fósforo, y otros nutrientes (Garnsworthy, 2018). La nutrición es un área clave para poder crear dietas que sean más eficientes y con un menor impacto ambiental. A continuación, se describen estrategias nutricionales que ayudarán a minimizar la huella de carbono:
Uso de aminoácidos industriales
En el caso de las formulaciones de dietas con aminoácidos industriales se busca que se reduzcan los costos de producción, se mejore la productividad y se minimice el impacto ambiental (Yamasaki et al., 2006; Sánchez, 2014). El uso de aminoácidos sintéticos está fundamentado bajo el concepto de proteína ideal, en el que se debe suministrar al animal los aminoácidos necesarios, sin que haya un exceso comparándolos con el resto. Es decir, se pueden formular dietas con contenidos bajos en proteína garantizando un equilibrio de aminoácidos. Esto permite que se reduzcan las excreciones del nitrógeno y las emisiones de amoniaco, ya que se ha reportado que al ser excretados, impactan el ambiente causando eutrofización, exceso de nutrientes y contaminación del ecosistema acuático (Conley et al., 2009).
Existen estudios y experiencias nuestras que han indicado que formular dietas con bajos niveles de proteína cruda reduce la excreción del nitrógeno. Hilliar & Swich (2019) demostraron que reducir la proteína cruda 4 puntos porcentuales (19%-15%) y suplementar con aminoácidos industriales llevan a mejorar entre un 60 a 70% la eficiencia del nitrógeno. De forma similar, otros investigadores demostraron en un metaanálisis, que disminuir los niveles de proteína cruda de 19% a 17% en aves hasta los 21 días de edad resultó en un 29% de reducción en la excreción de nitrógeno (Alfonso-Ávila et al., 2022).

Reducción de la excreción del fósforo
La mayor parte del fósforo que se encuentra en los granos de cereales está en forma de ácido fítico o fitato, representando entre el 60 al 82% del fósforo total (Park et al., 2024). Desafortunadamente, las aves no cuentan con la cantidad suficiente de enzimas endógenas para descomponer el ácido fítico, lo que hace que el fósforo en sí no esté disponible para ellas, causando que se excrete una gran cantidad de fósforo al ambiente. Sin embargo, estas excreciones generan un problema ambiental similar al producido por la excreción de nitrógeno, ya que pueden causar eutrofización.
Por lo tanto, con el objetivo de reducir la excreción de fósforo al ambiente, el uso dietas bajas en fósforo junto con la adición de fitasas exógenas, uso de ingredientes con alta disponibilidad de fósforo y el balance dietético adecuado entre calcio y fósforo han demostrado ser buenas estrategias (Lin et al., 2017). Adicionalmente, las formulaciones con conceptos de fósforo digerible (“dig. P”) comparadas con fósforo disponible (“Av. P”) son consideradas más precisas debido a que tienen en cuenta el fósforo que las aves pueden absorber y no solo el fósforo en forma libre de fitato, lo que finalmente se traduce en un menor uso de fosfatos y reducción en excreción de fósforo.
Nutrición de precisión
La nutrición de precisión es una estrategia crucial cuando se quiere reducir la huella de carbono. Principalmente, cuando se habla de nutrición de precisión, se está enfocando en brindarles a las aves unas dietas precisas por medio del uso de tecnologías como la espectroscopía de infrarrojo cercano (NIRS, por sus siglas en inglés) junto con modelos económicos y matemáticos que permiten optimizar el uso de los nutrientes.
Dentro de los beneficios de la nutrición de precisión está el aprovechamiento del valor nutricional de materias primas que contribuyen fuertemente a la huella de carbono en la tonelada métrica de alimento tal cual hemos medido con nuestro software de predicción ambiental (MyFeedPrint, Trouw Nutrition). Esto es debido a que, al ajustar las formulaciones de acuerdo con las necesidades exactas que requieren las aves, hay una disminución en el desperdicio de nutrientes que resulta en una reducción de la contaminación al ambiente.
Ingredientes con menor impacto ambiental
La utilización de ingredientes claves y la optimización del transporte de materias primas también favorece en tener una menor huella de carbono. Esto debido a que hoy en día por medio del análisis del ciclo de vida de productos (LCA, por sus siglas en inglés) se pueden medir los impactos ambientales asociados a la producción de materias primas (Andretta et al., 2021). Esto permite que se puedan hacer comparaciones de la huella de carbono por ingredientes dependiendo del origen, tales como la harina de soya y el maíz.
De la misma manera, la investigación constante y el uso de los LCA han logrado mostrar que existen aditivos que facilitan la disminución de la huella de carbono, basado en su capacidad de mejorar la eficiencia alimenticia de los animales. Tal es el caso de los minerales traza de alta biodisponibilidad como Intellibond, que son los primeros en tener un LCA validado que ha permitido identificar la huella de carbono total de cada producto: Intellibond C (2.37 kg CO2 eq/TM de producto), Intellibond Z (1.94 kg CO2 eq/TM de producto) e Intellibond M (2.53 kg CO2 eq/TM de producto). Estos valores se consideran importantes ya que certifican que este tipo de ingredientes (minerales traza) comúnmente usados en alimentos terminados no contribuyen sustancialmente a la huella de carbono como otras fuentes de minerales traza utilizadas en el mercado.
Conclusiones
En la búsqueda de una industria avícola más sostenible, la nutrición es un camino importante para poder minimizar el impacto ambiental. Por ello, implementar las estrategias mencionadas anteriormente como las formulaciones con aminoácidos industriales, fósforo digerible y el uso correcto de ingredientes clave junto con la nutrición de precisión contribuyen a garantizar una producción más sostenible y amigable con el medio ambiente. Además, de mejorar la eficiencia productiva y salud de los animales lo que resulta en una mayor rentabilidad para los productores.
Se puede solicitar la lista de referencias a marketinglatam@trouwnutrition.com.