Las exportaciones de alimentos y productos agrícolas de Estados Unidos a México han aumentado un 65% en los últimos cuatro años, lo que lo convierte en el mercado de exportación de más rápido crecimiento de una gran cantidad de productos y productos básicos agrícolas. El crecimiento de México como destino de las exportaciones estadounidenses ha estado impulsado por la economía en auge del país después del covid-19 y un sector manufacturero en rápido crecimiento.
El repunte económico ha permitido al consumidor mexicano expandir su dieta tradicional, por lo que los productores estadounidenses de alimentos y agrícolas ayudan a satisfacer la creciente demanda del país de carne, aves, lácteos, alimentos procesados y granos forrajeros. En 2024, las exportaciones estadounidenses de alimentos y productos agroalimentarios a México subieron a $31.400 millones de dólares, ligeramente por debajo de Canadá, el mayor mercado con $32.400 millones de dólares.
Según un nuevo informe de investigación de Knowledge Exchange de CoBank, es probable que México supere a Canadá para llegar al primer puesto por primera vez en 2025, a pesar de algunos vientos en contra que surgen.
“El auge de México como cliente ha sido una gran historia de éxito para la agricultura de Estados Unidos”, dijo Rob Fox, director de Knowledge Exchange de CoBank. “Pero se están desarrollando algunos factores de riesgo que podrían desacelerar el ritmo de crecimiento adicional. La economía de México se ha desacelerado y el peso inusualmente fuerte en el último par de años se ha debilitado en aproximadamente un 15% desde principios de 2024. El poder adquisitivo del consumidor mexicano se verá más afectado en 2025”.
Desde 2020, la participación de México en todas las exportaciones agrícolas de Estados Unidos ha aumentado de 11.2% a 16.4%. Según datos del Servicio Agrícola Exterior del USDA, en volumen, el maíz, el cerdo, los productos lácteos, la soya y los productos avícolas constituyen los cinco principales productos básicos estadounidenses comprados por México.
Con 13.900 millones de dólares, son los granos, alimentos balanceados, oleaginosas y productos relacionados los que constituyen la categoría más grande de exportaciones agrícolas de Estados Unidos a México. El fuerte crecimiento reciente es atribuible en gran medida al aumento de la demanda de alimentos balanceados para la creciente industria de proteína animal del país y a la grave sequía, que limita el rendimiento de cultivos nacionales y las condiciones de pastoreo. Dadas las tensiones comerciales actuales entre Estados Unidos y China, México casi seguramente superará a China como el mayor mercado de exportación de granos, alimentos balanceados y semillas oleaginosas de Estados Unidos en 2025.
Las exportaciones de productos lácteos de Estados Unidos a México siguen un patrón de rápido crecimiento. El valor total de las exportaciones de productos lácteos ha aumentado un 76% desde 2020, impulsado principalmente por el creciente apetito de México por el queso. México es el mayor destino de exportación de productos lácteos de Estados Unidos y casi el doble del tamaño del segundo más grande, que es China.
Y mientras que la producción nacional de carne y pollo de México continúa en aumento, el consumo se expande tan rápidamente que también aumentan las importaciones de Estados Unidos.
México también es un importante importador de una amplia gama de alimentos envasados en Estados Unidos y productos agrícolas procesados relacionados. Los productos de consumo envasados, panadería y confitería representan la mayoría de estos. Otras categorías incluyen frutas y verduras frescas y procesadas, edulcorantes y nueces.
En la última década, el comercio transfronterizo de alimentos y productos agrícolas entre Estados Unidos y México se ha duplicado hasta alcanzar los $80 mil millones de dólares. Si bien los acuerdos de libre comercio han caído en desgracia en los últimos años, Fox dijo que es difícil ver la interconexión en los sistemas alimentarios entre Estados Unidos y México como algo menos que un “ganar-ganar” para ambos países. “Los consumidores de ambos lados de la frontera se benefician de una gama más amplia de opciones de alimentos a precios más bajos de lo que lo harían de otro modo”.
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