Nuestro editor Adalberto Rossi, de Cátedra Avícola Agropecuaria, realizó sendas entrevistas de radio con el Dr. Daniel Caria coordinador general de Gestión Técnica en Sanidad Animal del Senasa de Argentina, Roberto Domenech, presidente de CEPA (Centro de Empresas Procesadoras Avícolas) y el Dr. Javier Prida, presidente de CAPIA (Cámara Argentina de Productores Avícolas).
Todos concordaron en la magnífica articulación que hubo entre el Ministerio de Agricultura, Senasa, CEPA, CAPIA y el empresariado local para recuperar el estatus sanitario de Argentina como libre de influenza aviar altamente patógena, presentado ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). “Lo hemos logrado, pero tenemos que estar atentos porque esto sigue” dijo el Dr. Caria, añadiendo que “es un orgullo haber vuelto a este estatus después de haber sido históricamente libres. Estamos muy contentos”.
A pesar de que en realidad no han sido tantos los casos detectados en estos seis meses y que hubo muy buenos controles, el Dr. Daniel Caria recomendó que además de la bioseguridad, se tiene que ver muy de cerca el manejo, pues muchos de los brotes se dieron por errores en esto. Hay que prevenir y tener cuidado con los mínimos detalles, sin importar el tamaño ni la infraestructura.
“Lo importante de esto es que hemos trabajado mucho y en programas para detectar puntos críticos, por dónde ingresó le enfermedad en estos 18 casos en granjas”, destacó Domenech.
Vacunar o no vacunar
Ante la pregunta de si la vacunación es lo más efectivo, hay distintas posturas. Por parte de las autoridades, el comité técnico-científico en el que participa Senasa y el sector privado lo está evaluando, viendo todos los escenarios para ver qué es lo que más conviene. “No es una decisión fácil”, comentó Daniel Caria, “pues hay sectores que sí lo quieren y otros que no”. No obstante, las autoridades están conscientes de que todo cambia, las situaciones y las vacunas cambian, así como las restricciones comerciales en cuanto a vacunar o no vacunar.
Además, señalan que no hay que relajarse, que la vacuna es una herramienta más, pues el virus sigue circulando aunque el ave esté vacunada. Es por eso hay que evaluar todo.
Por otra parte, Domenech señala que la vacunación es un reciclar permanente, como sucede en México, y sin duda muy difícil de erradicar. “México lleva más de 20 años en esta situación”, enfatiza. No obstante, recordemos que a diferencia de México, Argentina sí exporta pollo a otros países.
En Argentina se sacrificaron 2,2 millones de aves en total en momentos de gran incertidumbre. “Por eso es muy importante documentar lo hecho, tenerlo presente y releerlo. Ver las razones de los buenos resultados y de los malos”, señaló acertadamente el presidente de CEPA.
Precisamente, de esos 2,2 millones de aves, el Dr. Prida hace énfasis en que se sacrificaron casi 1,4 millones de ponedoras. Es decir, el 72% del total o siete de cada diez aves. “¿Cómo no vamos a pedir la vacuna? Estamos obligados a pedirla en aves de ciclo largo”. No todos los productores de huevo recibieron compensación (por diversas razones) y es muy probable que no vayan a repoblar porque no hay herramientas que los protejan. Por lo tanto, la oferta de huevo en el mercado nacional se reduce ya de un 3,3 a 3,5%.
Con un parque productivo mermado por la influenza, los productores argentinos de huevo dicen que la vacunación es necesaria y sin duda alguna es la mejor herramienta. CAPIA, a través de Prida, va a seguir pidiendo la vacuna de forma unánime. “Es la única herramienta para paliar la situación”, comenta el presidente de CAPIA, “cuando países como Uruguay, Bolivia, Perú y Ecuador están muy satisfechos con la vacunación”.
Los productores de huevo consideran que mientras no haya otra medida, la vacuna representa un aliado. Con ella estarían mejor que lo que están hoy, máxime cuando esto es cíclico, es temporal. “No se descarta que en enero o febrero haya nuevamente brotes”, concluye.