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24 septiembre, 2023
Dom, 24 septiembre, 2023

2025 y los plazos corporativos libres de jaula

Estamos a menos de dos años de que se venzan los plazos autoimpuestos por grandes marcas para utilizar solamente huevos de gallinas libres de jaula en sus procesos. Hasta los animalistas están dudando sobre su cumplimiento.

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Alexander Barajas
Alexander Barajas
Alexander Barajas Maldonado es Comunicador Social - Periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) de la ciudad de Medellín (Colombia). Cuenta con una experiencia periodística superior a los 25 años de vigencia en distintos medios impresos y digitales. También es un escritor de ficción galardonado en certámenes locales y nacionales colombianos. Se ha especializado en temas económicos, con énfasis en la producción avícola y nuevas tendencias de consumo, de lo cual escribe de manera ininterrumpida desde el año 2013. Ha sido consultor y conferencista de gremios, empresas y proveedoras avícolas, principalmente en su país de origen y Ecuador. Puede escribirle por correo electrónico: olsoal08@gmail.com.

Hace casi 10 años, con especial fuerza entre 2015 y 2018, se vivió una andanada publicitaria que no cesa, fruto de una efectista estrategia de relaciones públicas liderada por enormes conglomerados mundiales: comprometerse con no volver a utilizar huevos puestos por gallinas ponedoras en sistemas de baterías de jaulas, ni siquiera en jaulas enriquecidas.

Hoy, el horizonte para su cumplimiento está a la vuelta de la esquina: el año 2025. Siempre ha sido materia de polémica estas declaraciones publicitarias que se hacen de cara al público, pero que no tienen aval ni repercusión directa ante ningún organismo de control formal reconocido.

Mejor dicho, jamás han tenido claridad en los términos ni transparencia en su ejecución, así varios grupos de interés animalistas y veganos celebren todavía cada compromiso de esos como una gran victoria para su causa. Por ejemplo, esos anuncios públicos hablan de fechas, pero nunca de cuántos huevos y de cuántas gallinas se van a reemplazar, cómo y en cuántas fases para llegar a esos plazos fatídicos, cuasi escritos en piedra.

Tampoco se sabe cómo negocios que no tienen al huevo en el corazón de su gestión operativa, lo pueden reemplazar totalmente. Es decir, cuando una cadena hotelera expresa su compromiso, ¿tuvo en cuenta el pan, las pastas, las mayonesas que compra para sus huéspedes, o solamente los huevos con los cuales les prepara el desayuno?

La verdad es que no hay huevos libres de jaula para tanta gente ni para tanto compromiso. Lo que si hay es muchas ganas de aparentar para lograr titulares y una imagen diferenciadora, aprovechando la ignorancia del gran público frente a los sistemas de producción; aupado todo por un mercado floreciente de oenegés animalistas y sus interesados sellos de bienestar.

En la Unión Europea, donde todo comenzó dos décadas atrás, todavía la producción de huevo en jaula representa el 45% del total; y pese a ello, en cuanto estudio de consumo en el hogar se hace, casi el 70% de los europeos encuestados (como pasa en España) no dudan en decir que solo comen huevos orgánicos, camperos y de gallinas felices. ¿Cómo hacen?

Estamos en 2023 y el precio del huevo no para de crecer en la mayor parte del mundo, sobre todo en el primero, por una escasez que tiene como causa inmediata la influenza aviar, pero que sin duda viene también de forzar una transición productiva nefasta para la seguridad alimentaria y contraria al sentido común, la sostenibilidad ambiental y la evidencia científica.

Desde esta semana, 95 oenegés animalistas afiliadas a Open Wing Alliance se enfrascaron en una campaña conjunta de desprestigio contra las multinacionales Pepsi y Kellogg’s por “negarse a informar sobre su progreso global con respecto a sus compromisos por los animales”. El escrache mundial incluye los lindos hashtags #PepsiCoEncubrimiento y #KelloggsCorrupción.

Creo que los pobres empresarios, en estos momentos, no saben ni por qué se metieron en este berenjenal, tampoco cómo van a superarlo ante la escasez de huevo en general y de libres de jaula en particular. Cómo se salvarán de la furia animalista o de algún proceso por publicidad engañosa que de pronto algún “ciudadano preocupado” les inicie, si no lo hace de oficio alguna instancia gubernamental defensora del consumidor.

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