Desde hace más de 150 años, hablar de Chr. Hansen es sinónimo de excelencia en innovación e investigación científica en pro de mejores resultados en el competitivo y exigente mundo de la producción comercial de microorganismos para diversas industrias, entre ellas, las de proteína animal, incluida la de origen aviar.
Por mérito propio maneja el 50% del mercado mundial de bacterias, línea en la cual fue pionera desde la década de 1970, logrando crear estándares de productividad que hoy son norma en toda la agroindustria cárnica.
“Contamos con la bacterioteca comercial más completa del mundo, con cerca de 50 mil cepas perfectamente identificadas y tipificadas. También con niveles de inversión en investigación y desarrollo muy grandes, destinando alrededor del 7.5% de nuestra facturación total a este rubro; ojo, no de las utilidades, sino de la facturación”, agregó Fernando Caeiro, gerente de Ventas para Nutrición y Salud Animal, Región Andina y Cono Sur de Chr. Hansen, en una reciente visita a Colombia.
El directivo aprovechó para recordar que, a ese mercado, con la cuarta avicultura industrial más importante del continente, Chr. Hansen arribó hace un año, de manera directa con un calificado personal propio y con el apoyo de distribuidores locales. “Estamos en prácticamente todos los países del mundo. Quien necesite una solución en probióticos de Chr. Hansen, como en Colombia, puede acceder a ella fácilmente, con nuestro respaldo técnico y científico”.
Fernando Caeiro resaltó igualmente el prestigio de Chr. Hansen en temas de sustentabilidad. Desde el año 2019, cuando fuimos escogidos como la compañía que factura más de mil millones de dólares anuales más sustentable del planeta por parte del Foro Económico Mundial de Davos, nos hemos mantenido siempre en los dos primeros lugares de ese escalafón”.
Presencia colombiana
Laura Guerrero, account manager para Países Andinos de Chr. Hansen, explicó a Cátedra Avícola que la reciente llegada oficial de esta multinacional de la biotecnología a Colombia “atiende la necesidad de la agroindustria por continuar mejorando su estatus sanitario, por mejorar su rentabilidad”.
Añadió que, si bien al mercado colombiano ingresan muchos productos naturales, “nosotros llegamos marcando una gran diferencia en cuanto a los argumentos científicos para seleccionar el aditivo probiótico que cada empresa necesita, más allá de un acto de fe, de una suposición, gracias a nuestros productos testeados a lo largo de décadas, y al respaldo técnico y científico de nuestros expertos. No estamos improvisando ni somos recién llegados en el trabajo con probióticos en el mundo”.
Por su parte, Deymer Antonio Gómez, gerente de Servicios Técnicos para Países Andinos de Chr. Hansen, recalcó que la compañía brinda a la agroindustria colombiana “un portafolio bastante interesante; con base en nuestras cepas especializadas, nos enfocamos en poder conocer al cliente, conocer cuáles son sus necesidades y con base en ellas, poder ofrecer soluciones pertinentes, con cepas bacterianas estudiadas y comprobadas en su acción directa”.
Con esa reconocida promesa de servicio, los productores agropecuarios y avícolas colombianos mejoran las condiciones de digestibilidad para sus animales, ayudándolos a obtener mejorías constantes en los resultados zootécnicos. “De igual manera, contribuimos al control natural de patógenos específicos más comunes, como Clostridium, E. coli o Salmonella, entre otras; así no solamente aportamos a la sanidad animal, también a su rendimiento, a la seguridad alimentaria del país y a la inocuidad de los alimentos que consumen los colombianos cada día”.