A un año de recuperar su condición de país libre de influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP), luego de superar decenas de brotes que, incluso, afectaron algunas explotaciones avícolas comerciales, Chile se preparó para evitar consecuencias similares a las padecidas en 2022 y 2023, de cara a una nueva temporada migratoria.
“En respuesta a este riesgo, el Ministerio de Agricultura reunió al Comité Avícola con el fin de evaluar la situación actual y coordinar esfuerzos entre el sector público y privado. Aunque en el hemisferio norte la enfermedad ha sido menos agresiva, su impacto en mamíferos ha encendido las alertas en el mundo, y en Chile, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) ya está implementando medidas para enfrentar este desafío”, informó un boletín de la gremial Chilehuevos.
Chile es país libre de la influenza aviar desde agosto de 2023, lo que subraya la relevancia de continuar con estos esfuerzos para mantener el estatus sanitario del país. “La reunión del Comité Avícola fue liderada por la Ministra de Agricultura (s) Ignacia Fernández Gatica, y el Director Nacional del SAG, José Guajardo Reyes. Por el sector privado participaron representantes de Chilehuevos y ChileCarne”.
El comunicado continúa señalando que “durante el encuentro, el SAG presentó el Plan de Prevención de Influenza Aviar 2024-2025, poniendo énfasis en el fortalecimiento de las acciones de vigilancia de los virus circulantes y en la preparación para eventuales futuros focos de la enfermedad. Las medidas propuestas incluyen el fortalecimiento de la detección precoz, la vigilancia, el análisis de riesgos, la bioseguridad y el diagnóstico”.
En junio de 2024 se declaró el fin de la emergencia por influenza aviar en todo el territorio nacional chileno, “tras haber alcanzado el objetivo de erradicación en aves de corral, además de la evidencia de ausencia de circulación viral del virus H5N1 tras una vigilancia sostenida en aves silvestres, el Director Nacional del SAG aseguró que la entidad sigue en alerta”.
El año pasado, el SAG creó el Sistema Oficial de Bioseguridad en Establecimientos Pecuarios, y emitió una normativa de bioseguridad para el rubro avícola. Además, inicio un levantamiento de los niveles bioseguridad para planteles, donde los resultados fueron en general positivos; “sin embargo, en planteles de ponedoras de menor tamaño el SAG detectó niveles de bioseguridad insuficientes, iniciando así un plan de capacitación especialmente en la agricultura familiar campesina”.
Finalmente, el SAG viene cumpliendo “un intenso monitoreo de las aves silvestres, con el objetivo de rastrear sus rutas y elaborar un mapa de dispersión espacial, para prevenir y mitigar posibles brotes. Durante el primer trimestre de 2024, la mortalidad en aves silvestres mostró una disminución de 92% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Las denuncias de casos se redujeron en un 63% desde enero a mayo 2024 respecto al mismo periodo de 2023”.