La fusión entre Marfrig y BRF, que dará origen a la ya anunciada MBRF Global Foods Company, se encuentra trabada en una disputa jurídica que postergó hasta el 5 de agosto la probable aprobación de una de las mayores compañías de alimentos del planeta.
La MBRF, si se aprueba, actuará en 117 países y contará con un portafolio de marcas consolidadas tanto en el comercio minorista brasileño como internacional. En 2024, ambas empresas sumaron una facturación anual de R$ 152 mil millones.
Del volumen total de ventas de la nueva empresa, el 38% corresponde a productos procesados, el 34% a carne de aves y cerdo, y el 22% a carne vacuna. Entre sus marcas se destacan Sadia, Perdigão, Qualy, Banvit y Bassi.
La ofensiva liderada por Marcos Molina, fundador y propietario de aproximadamente el 75% de Marfrig, enfrenta resistencia por parte de accionistas minoritarios e incluso de competidores directos del sector cárnico, como Minerva Foods.
Desde que Marfrig adquirió el control de BRF hace algunos años (hoy con 53%), Molina ha intentado consolidar una fusión definitiva, sellando la unión de las dos gigantes brasileñas del sector de proteínas animales.
En mayo de 2025, finalmente se anunció la propuesta, que prevé la incorporación de las acciones de BRF por parte de Marfrig, en la proporción de 0,8521 acción de Marfrig por cada acción de BRF. La propuesta será votada en Asamblea General Extraordinaria (AGE) en 5 de agosto y exige aprobación de la mayoría simple.
Aunque Molina detenga 75% de las aciones de Marfrig, tal porcentaje del ejecutivo representa tan solo 39,8% de BRF, que tiene como socios otros accionistas de la própria Marfrig así como el grupo saudita Salic (11,6%) y minoritarios (35,3%).
Disputa
Sin embargo, los herederos de la familia fundadora de Sadia —uno de los pilares históricos de BRF— impugnaron el proceso. Cuestionan la valorización atribuida a las acciones y todavía poseen una participación significativa en el grupo.
El caso fue llevado ante la Comisión de Valores Mobiliarios (CVM), que inicialmente suspendió la realización de la AGE de BRF, inicialmente prevista para el 18 de junio.
Otro factor que elevó la tensión fue la manifestación de Minerva Foods, competidor directo de ambas compañías.
La empresa también señaló riesgos en términos de competencia en la operación, reforzando los pedidos de esclarecimiento ante la CVM y el Consejo Administrativo de Defensa Económica (Cade), el organismo antimonopolio de Brasil.
La CVM solicitó a Marfrig y BRF una serie de documentos, estudios, proyecciones financieras y justificaciones detalladas sobre la operación. Solo después de recibir y analizar técnicamente esta información, el regulador autorizó la reprogramación de la AGE para el próximo 5 de agosto.
Mientras tanto, el Cade sigue analizando los argumentos presentados por los opositores a la fusión. El organismo evalúa el impacto de la nueva compañía sobre el mercado de carnes y alimentos procesados, considerando el aumento de la concentración en varios frentes del sector.
Las partes involucradas en la futura MBRF afirman que el proceso de incorporación de acciones de BRF por parte de Marfrig no altera el control ya existente, no modifica las relaciones comerciales entre las partes y, por lo tanto, no representa un riesgo competitivo.
Ambas empresas sostienen que el tema ya fue analizado y aprobado por el Cade en el pasado, cuando se evaluaron los aspectos de competencia tras el aumento de participación de Marfrig en BRF.
“La participación conjunta de las solicitantes en los mercados con superposición horizontal se encuentra por debajo del 20%, o, cuando supera ese nivel (aunque inferior al 50%). Del mismo modo, en los mercados verticalmente integrados, las participaciones permanecen por debajo del 30%”, agregaron.