El informe WASDE de junio 2025, publicado por el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA), proyecta una caída moderada en los precios de los principales productos agrícolas debido a una mayor oferta mundial y condiciones climáticas favorables. Para los países de Latinoamérica, este nuevo escenario ofrece oportunidades interesantes de exportación, aunque también impone desafíos logísticos, sanitarios y estructurales. A continuación, un análisis detallado del impacto regional.
📉 Materias primas: presión bajista y cosechas favorables
El informe anticipa un crecimiento importante en la producción global de granos, lo que ejerce presión bajista sobre los precios. La soja, el maíz y el trigo —insumos fundamentales para la producción ganadera y la agroindustria— se perfilan con valores más competitivos a nivel internacional.
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Soja: Se estima una producción global de 422,3 millones de toneladas, gracias a buenas condiciones climáticas en EE. UU. y Sudamérica. Esto puede traducirse en precios más bajos en los mercados internacionales.
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Maíz: Con 1.230 millones de toneladas proyectadas, se espera una gran cosecha en EE. UU. y Brasil. La oferta abundante tiende a estabilizar o reducir los precios.
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Trigo: Aumenta la producción a nivel global (796 Mt), con mejoras en Rusia, Ucrania y Canadá. En Argentina, sin embargo, la superficie sembrada cae, lo que podría afectar los volúmenes exportables del país.
Esta situación presenta un alivio para los costos de alimentación animal y mejora la competitividad de la ganadería intensiva, al tiempo que presiona a los productores agrícolas a buscar eficiencia y rentabilidad a través de escala, logística y agregado de valor.
🍖 Carnes y lácteos: oportunidades regionales
El WASDE también proyecta variaciones importantes en la producción de carnes, lo que genera nuevas dinámicas en el comercio mundial. Para Latinoamérica, estas cifras pueden representar una gran oportunidad de reposicionamiento.
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Carne bovina: La producción global cae a 59,8 Mt, por reducciones en EE. UU. y la UE. Esta contracción abre espacio para los grandes exportadores sudamericanos —Brasil, Argentina y Paraguay— que podrían cubrir parte de la demanda insatisfecha en Asia y Medio Oriente.
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Carne porcina: La producción mundial se mantiene estable (114,5 Mt), mientras China sigue reduciendo sus inventarios, aunque continúa activa como importador de cortes de calidad. Esto es una oportunidad para países con acuerdos sanitarios vigentes.
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Carne aviar: Con una proyección de 138,7 Mt a nivel global, el crecimiento es leve. Brasil se consolida como líder en exportaciones. Países que mantengan el estatus libre de influenza aviar pueden acceder a mercados restringidos para otros proveedores.
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Lácteos: Aunque el WASDE no entra en detalles sobre este rubro, la baja en los costos de maíz y soja impacta positivamente en los costos de producción lechera, especialmente en Uruguay y Argentina, que mantienen una base productiva competitiva.
Estos datos reafirman el rol clave de América Latina como proveedor mundial de alimentos de origen animal, especialmente en un contexto de alta demanda sostenida y precios estables.
🌐 Comercio internacional: luces y sombras
El comercio global muestra ajustes relevantes en volúmenes y destinos. Si bien los precios bajan, el volumen proyectado de comercio se mantiene alto, lo que implica que habrá más competencia, pero también más oportunidades para los jugadores bien posicionados.
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Soja y maíz: EE. UU. y Brasil lideran en exportaciones por volumen y calidad. Argentina, con fuerte capacidad de industrialización (crushing), puede destacar en harina y aceite, pero enfrenta desafíos logísticos y fiscales que podrían limitar su participación.
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Carnes: Brasil incrementa sus ventas a Asia, Medio Oriente y África. Argentina, aunque con buena genética y sanidad, continúa restringida por barreras internas y controles estatales.
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Harina y aceite de soja: Son productos clave para la agroindustria regional. La demanda global crece, lo que presenta una ventana para que el Mercosur consolide su rol como exportador industrializado.
El principal riesgo para la región está en no acompañar estas oportunidades con infraestructura, normativas sanitarias robustas y previsibilidad política que respalde a los exportadores.
🔍 Claves estratégicas para la región
Más allá de los datos productivos y comerciales, el informe ofrece señales importantes que la región debe considerar a la hora de planificar campañas y políticas agropecuarias.
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Clima: La transición a condiciones ENSO neutras para fines de 2025 podría mejorar las condiciones agrícolas, especialmente en el Cono Sur, luego de varios ciclos influenciados por El Niño y La Niña.
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China: Su consumo aún no se recupera por completo tras la pandemia, pero sigue siendo el mayor demandante de proteínas animales y granos. Su comportamiento será determinante para los precios.
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Agregado de valor: Los mercados internacionales exigen cada vez más estándares de trazabilidad, sustentabilidad y sanidad. Latinoamérica tiene la oportunidad de destacarse si adopta prácticas innovadoras en origen.