Hace 50 años, el 1 de agosto de 1975, Brasil realizó su primer embarque oficial de carne de pollo con destino al mercado internacional, inaugurando una trayectoria de éxito que posicionaría al país como el mayor exportador de esta proteína del mundo.
El destino de ese primer embarque fue Kuwait, un país del Medio Oriente que, aún hoy, figura entre los principales destinos de la carne de pollo brasileña. El primer embarque marcó el comienzo de una larga relación de confianza con los mercados islámicos, especialmente los países del Golfo, que a lo largo de los años se han consolidado como grandes socios comerciales de la avicultura nacional.
Durante estas cinco décadas, Brasil ha exportado casi 100 millones de toneladas de pollo a más de 150 naciones en todo el mundo. Sólo el año pasado, fueron más de 4,9 millones de toneladas anuales, con ingresos cercanos a los $ 10 mil millones al año. Entre los principales destinos actuales se encuentran China, Emiratos Árabes Unidos, Japón, Arabia Saudita y la Unión Europea, lo que refleja el reconocimiento internacional de la calidad, la seguridad sanitaria y el respeto de las normas internacionales de la producción brasileña.
Una parte importante de estas exportaciones se compone de productos halal destinados a los consumidores musulmanes: más de 2 millones de toneladas se embarcan al año. Brasil es actualmente el mayor exportador mundial de carne de pollo halal, atendiendo exclusivamente a unos mercados muy exigentes en lo que respecta a los requisitos religiosos, sanitarios y de trazabilidad. Para garantizar este estándar, el sector mantiene una estrecha colaboración con las autoridades de certificación, religiosas y gobiernos, promoviendo el diálogo y la adaptación continua de sus procesos productivos.
“Celebrar 50 años de este primer embarque es reconocer la fuerza de una cadena que ha evolucionado con base en la ciencia, la integración entre campo e industria, el compromiso con la seguridad alimentaria y, sobre todo, la confianza de los mercados internacionales. Es una historia construida por miles de productores, cooperativas y empresas que han creído en el potencial de Brasil”, destaca Ricardo Santin, presidente de la Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA).
A lo largo de esta trayectoria, los proyectos sectoriales desarrollados en asociación con la Agencia Brasileña de Promoción de las Exportaciones e Inversiones (ApexBrasil) fueron fundamentales para consolidar la imagen de Brasil como proveedor confiable de alimentos. A través de medidas de promoción comercial, posicionamiento estratégico de imagen, participación en ferias internacionales y relación con los actores globales, los proyectos han contribuido decisivamente a la diversificación de los mercados y al crecimiento sostenido de las exportaciones.
“Ese 1 de agosto de 1975 no fue sólo el comienzo del comercio. Fue el punto de partida de un viaje que ayudó a Brasil a consolidarse como proveedor estratégico de alimentos para el mundo. Medio siglo después, seguimos comprometidos con la excelencia y la seguridad alimentaria global”, concluye Santin.