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Latinoamérica consolida su liderazgo cárnico: crecimiento estable y foco en eficiencia productiva

El último informe de IndexBox sobre el mercado de carne y aves en América Latina y el Caribe muestra un escenario de expansión controlada y más racional que en las décadas anteriores. Tras un período de fuerte crecimiento impulsado por la demanda china y la ampliación de las exportaciones, la región entra en una etapa de consolidación basada en eficiencia, trazabilidad y diversificación de destinos.

Según el estudio, la producción total de carne en la región —considerando carne bovina, porcina y aviar— alcanzará 54 millones de toneladas en 2025, con una proyección de crecimiento anual promedio de 0,9 % hasta 2035. Este ritmo más moderado refleja tanto las limitaciones de infraestructura como la mayor exigencia de los consumidores respecto a sostenibilidad y bienestar animal.

Brasil se mantiene como el principal jugador, concentrando el 40 % de la producción total regional, seguido por México (15 %), Argentina (10 %) y Chile (6 %). En los últimos años, los mercados más dinámicos en exportaciones han sido Paraguay, Uruguay y Colombia, que han mejorado significativamente sus estándares sanitarios y comerciales.

El informe resalta que el crecimiento futuro estará condicionado por la capacidad de la región para incorporar innovación tecnológica en la cadena cárnica. Esto incluye mejoras en la genética animal, automatización de procesos frigoríficos y digitalización de la trazabilidad. Además, la sostenibilidad ambiental se vuelve un requisito ineludible en las relaciones comerciales internacionales.

En el segmento avícola, la carne de pollo sigue siendo la proteína de mayor crecimiento relativo, impulsada por su accesibilidad y bajo costo productivo. El consumo per cápita promedio en la región ya supera los 35 kg por habitante, con proyecciones al alza especialmente en Centroamérica y el Caribe.

Para los analistas de IndexBox, el nuevo ciclo del mercado latinoamericano se definirá por la eficiencia más que por la expansión. El desafío será mantener la competitividad externa sin descuidar los mercados internos, que enfrentan cambios en los hábitos de consumo y una creciente demanda por alimentos saludables y de origen certificado.

La carne latinoamericana, afirman, tiene una ventaja estratégica: su reputación natural y su base agropecuaria robusta. Pero el futuro dependerá de su capacidad de adaptarse a los estándares del consumidor global y de innovar sin perder identidad productiva.

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