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Granja brasileña estrena equipo inédito en Latam contra descarte de pollitos machos

 Una granja brasileña se convirtió en pionera en América Latina al implementar un sistema que evita el descarte de pollitos machos en la avicultura de postura.

Aunque esta práctica está permitida en Brasil, es duramente cuestionada por organizaciones defensoras de los animales y por consumidores que critican a la industria del huevo.

La innovación ya fue adoptada por Raiar Orgânicos, que incorporó la tecnología de sexado embrionario “in-ovo”, desarrollada por la empresa alemana Agri Advanced Technologies (AAT), del grupo EW.

El equipo, denominado Cheggy, funciona como un escáner capaz de identificar el sexo del embrión dentro del huevo en el día 13 de incubación.

El procedimiento no es invasivo: utiliza un haz de luz que atraviesa la cáscara y detecta la tonalidad del plumón —claro si es macho, oscuro si es hembra— con una precisión del 97%.

Así, el sistema permite que solo los huevos con embriones hembra continúen el proceso de eclosión. Los huevos con embriones machos son descartados antes del nacimiento.

Una alternativa al descarte

En la avicultura de postura, los machos no tienen viabilidad económica, ya que sólo las hembras pueden convertirse en gallinas ponedoras.

Más allá del beneficio ético de evitar el sacrificio de pollitos machos, la tecnología también ofrece ventajas económicas.

Los huevos con embriones machos o no fecundados, al ser identificados tempranamente, pueden ser redirigidos a otros usos, como la fabricación de cosméticos, medicamentos e incluso alimento para animales, generando un subproducto valioso y fuente adicional de ingresos para los productores.

“Es lo más eficaz, viable y ético que hay hoy en el mercado. Buscamos siempre las mejores prácticas de bienestar animal, y el sexado in-ovo representa un salto enorme”, afirma Marcus Menoita, CEO de Raiar.

Marco legal

En Brasil aún no existe una legislación específica, aunque hay dos proyectos en debate en la Asamblea Legislativa de São Paulo y en la Cámara de Diputados.

En Europa, Alemania hizo obligatorio el sexado in-ovo en 2022 para todas las líneas de ponedoras. Francia siguió en 2023 (para aves marrones) e Italia ya aprobó su implementación a partir de 2027.

“La llegada de Cheggy a Brasil no es solo un avance tecnológico. Es un hito ético que alinea a la avicultura brasileña con las mejores prácticas globales”, destaca Jörg Hurlin, director general de AAT.

En operación

El sistema Cheggy fue instalado en la planta de incubación de Hy-Line Brasil, en São José do Rio Preto (estado de São Paulo), socia de Raiar en la producción de pollitas. El primer lote con la nueva tecnología ya fue entregado este mes de julio.

Capaz de procesar hasta 25 mil huevos por hora, esta tecnología es considerada la más rápida del mundo para gallinas ponedoras marrones. Además, ocupa menos de 30 m² y no requiere insumos costosos, lo que la convierte en una de las opciones más rentables del mercado.

La implementación de Cheggy en Brasil también representa la primera operación de este tipo en el Hemisferio Sur. Hasta ahora, la tecnología había sido adoptada en países como Alemania, Francia, Italia, Países Bajos y Estados Unidos —donde AAT opera dos unidades de alta capacidad.

La adopción por parte de Raiar refuerza el enfoque de la empresa en innovación aplicada al bienestar animal. La compañía fue pionera en introducir en Brasil el Jump Start (una especie de gimnasio para pollitas que estimula el vuelo), detectores de microfisuras en huevos e impresión de la fecha de vencimiento directamente sobre la cáscara.

Inversiones

Desde su fundación en 2020, Raiar ya invirtió R$ 180 millones en infraestructura y tecnología, y planea destinar otros R$ 70 millones en los próximos dos años. “Nuestro objetivo es que lo orgánico sea accesible y confiable para la mayor cantidad posible de brasileños”, afirma Menoita.

Aunque es pionera, Raiar no tendrá exclusividad sobre la tecnología. La empresa defiende que otras granjas también puedan acceder a Cheggy.

“Queremos elevar al sector, no poner barreras”, concluye el ejecutivo.

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